martes, 9 de diciembre de 2014

Contexto histórico-cultural y filosófico de Platón

Contexto histórico-cultural
Platón nace en el 427 a.C, en medio de una crisis política. La guerra del Peloponeso enfrentó, durante 30 años, a las dos ciudades más poderosas de Grecia: Atenas y Esparta, representantes de dos modelos políticos diferentes. Aprovechando la derrota en el 404 de Atenas y con el apoyo de los espartanos, los aristócratas instauran la Tiranía de los Treinta, encabezada por familiares de Platón, gobierno que acaba con los derechos democráticos y que desemboca en una guerra civil. Una vez reinstaurada la democracia, un jurado popular condena a muerte a Sócrates. Platón este gobierno resultó incluso peor que el anterior y estaba convencido de la necesidad de una reforma de la organización política.
La crisis se extiende al ámbito cultural, ya no hay proyectos arquitectónicos ni literatura, de relevancia, semejantes a los del siglo v a.C, sólo las comedias de Aristófanes y la obra historiográfica de Jenofonte. Pero la crisis no es completa: Praxíteles, Escopas y Lisipo introducen en escultura el «estilo bello», que rompe con los modelos clásicos. La retórica y oratoria conocen con Isócrates y Demóstenes su máximo esplendor.
Platón se pregunta por qué los gobernantes conducen a los Estados al enfrentamiento, por qué ni el sistema democrático ni la tiranía habían mejorado a los ciudadanos, por qué el jurado no fue capaz de ver que tenía frente a sí al hombre más justo y lo condenó a muerte... Platón responde: los ciudadanos no saben qué es la justicia, y sus gobernantes, sean demócratas o aristócratas, tampoco. La política, no es el modo de superar la crisis, sino la educación de los gobernantes para que sean capaces de organizar un Estado justo.
Intenta poner en práctica su proyecto mediante la educación del que sería el futuro rey de Siracusa, pero la corte, que veía en las ideas de Platón una amenaza para el régimen, acabará con sus planes.
Contexto filosófico
Su fracaso en Siracusa le lleva a fundar en Atenas la Academia, para educar a ciudadanos y gobernantes. Con la democracia, los ciudadanos accedían por sorteo a cargos públicos, y los gobernantes convencían a la Asamblea de que votara sus propuestas. Este sistema había convertido a los sofistas en educadores para ascender políticamente. Para ellos, la educación tiene una finalidad práctica inmediata, y consiste esencialmente en la retórica, usada como medio de persuasión en la Asamblea o Tribunales.
Pero Platón entiende la educación de modo distinto. Platón fue discípulo de Sócrates que se convierte en su mayor influencia. De este hereda su apuesta por la objetividad y la verdad, frente al relativismo y escepticismo de los sofistas que se extendía tanto al ámbito moral como al del conocimiento. Platón continuará la crítica al pensamiento sofista iniciada por su maestro Sócrates. Pero irá más allá y afirmará la existencia de las Ideas, realidades objetivas a las que corresponden nuestros conceptos. También asumirá el intelectualismo moral que  también lo debe a Sócrates. El conocimiento es la vía adecuada para actuar bien y alcanzar la felicidad.
La segunda fuente que alimenta la propuesta platónica es la presocrática.
En primer lugar, de la escuela pitagórica incorporará la importancia de las matemáticas, su dualismo antropológico, la identificación del ser humano con su alma racional y la reencarnación.
En segundo lugar, las Ideas de Platón tendrán las principales características que Parménides atribuyó al ser: son ingénitas, imperecederas e inmutables.
En tercer lugar, recibe de Heráclito la visión del mundo sensible como un mundo en perpetuo fluir, aunque no aceptará que ese ámbito fuera auténticamente real. Finalmente, criticará el mecanicismo atomista y defenderá una explicación cercana a Anaxágoras.

Así Platón elabora su teoría de las ideas recogiendo toda la herencia de los primeros filósofos griegos y también de Sócrates.